Jugar para aprender, conectar y acompañar.
El verano llega cargado de tiempo libre, expectativas familiares y, muchas veces, una presencia excesiva de pantallas. Pero la infancia no necesita más estímulos visuales, necesitan experiencias reales, momentos compartidos y juegos que de verdad dejen huella.
Este verano quiero proponerte algo diferente: recuperar el valor del juego como alternativa consciente, educativa y emocional a las pantallas.
Jugar no es perder el tiempo.
Muchas veces subestimamos el poder del juego, lo consideramos "una pausa" del aprendizaje. Sin embargo, el juego en sí mismo es un motor para el desarrollo infantil:
- Activa el cerebro.
- Fortalece el vínculo.
- Favorecer el lenguaje, la imaginación y muuucho más.
Con solo observar cómo dos niños inventan juntos una historia, resuelven un conflicto en el juego o descubren una nueva palabra, podemos ver cómo están trabajando múltiples habilidades cognitivas y sociales.
Durante este mes, quiero mostrarte diferentes juegos que puedes hacer en casa, con niños y niñas de diferentes edades, con los que aprender jugando y crear un vínculo familiar más fuerte.
Hoy te traigo las palabras nos conectan.
¿Qué necesitas?
- Rotuladores.
Preparación: Escribe diferentes palabras teniendo en cuenta las distintas categorías que queremos trabajar (sustantivos, verbos, determinantes, preposiciones, adjetivos, adverbios, conjunciones, pronombres, …)
¿Cómo se juega?
Aquí podemos hacer uso de nuestra imaginación adulta, pero te dejo las alternativas que más están gustando esté año en casa, teniendo en cuenta que mis hijos tienen 10 y 5 años.
A jugar:
Esconde por una o varias habitaciones las palabras que has escrito (yo, mesa, grande, para, …). Una vez escondidas, los niños y niñas tendrán que buscarlas (ve dando pistas del lugar donde las has escondido si alguna palabra se resiste).
Al terminar la búsqueda cada uno tiene que leer las palabras que ha encontrado y según su edad dirán a que categoría de palabra pertenece o cuantas sílabas tiene.
Otras alternativas, para ir cambiando o ampliando el juego:
1- Deletrear la palabra encontrada.
2- Inventar una frase con cada palabra.
3- Inventar una historia todos juntos, utilizando todas las palabras.
4- Decir otras palabras que empiecen por la misma letra.
5- Decir palabras de la misma familia.
Como puedes ver, unas tarjetas con palabras sueltas puede convertirse en un juego con el que divertirse y aprender nuevo vocabulario y trabajar aspectos importantes como, la gramática, la ortografía, la lectoescritura y la creatividad entre otros muchos.
Te animo a participar, dejar que sean ellos lo que escondan las palabras y mamá y papá los que buscan, reír, buscad el momento de conexión y disfrutad juntos. Amplía el juego 10 minutos más con una guerra de cosquillas, una partida a la gallinita ciega o unas carreras en familia.
No hay que tener juegos perfectos e ideas espectaculares, la mayoría de veces, lo más sencillo es lo que más les gusta.
"Apaga pantallas y enciende el vínculo familiar. No hace falta llenar el verano de planes. Basta con vaciarlo de prisas y llenarlo de presencia".
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